jueves, 17 de marzo de 2016

OFELIA- JHON EVERETT MILLAIS (1829-1896)

Museo: Tate Gallery (Londres)
Número de catálogo: NO1506
Autor: John Everett Millais
Título: Ophelia
Cronología: 1851- 1852
Técnica: óleo
Soporte: lienzo
Medidas: 762 x 1118 mm
Tema: literario
Escuela: inglesa
Estilo: romanticismo inglés (Pre-Rafaelistas)
 
 Con un marcado interés por renovar el arte inglés encorsetado en la temática de paisajes y retratos, se crea en 1849 La hermandad Prerrafaelista, comunidad de artistas e intelectuales asqueados del materialismo y que buscan la espiritualidad en el arte volviendo a la minuciosidad y el detalle de los artistas flamencos anteriores a Rafael. El pintor y poeta Rossetti es quizás la figura más potente de esta organización, pero no le andan a la zaga otros fundadores como Hunt o John Everett Millais. 
 La “Ofelia” de Millais está inspirada en uno de los personajes de “Hamlet” de Shakespeare, que ofuscada por la muerte de su padre en manos de su amante Hamlet, se suicida arrojándose a un arroyo. La figura trágica de Ofelia era un tema muy popular entre los artistas de esa época.
Situar a la mujer en el lecho de un río es algo que ningún pintor había hecho antes y menos en la posición que elige Millais: horizontal , como si fuera una auténtica muñeca flotante (utilizó una modelo que paso muchas horas sumergida en un baño de agua tibia). El rostro, con la mirada hacia el infinito y los labios entreabiertos reflejan el momento de exhalar el último atisbo de vida. Estas características dotan a la pintura de un patetismo especial.
Empleando el color y la luz de una manera magistral consigue representar de una manera totalmente verídica el aspecto de las aguas estancadas de un río inglés, en las que plasma las flores y vegetación típicas de este entorno. Tanto la composición como los colores muy vivos están tratados de una manera densa; sin embargo, no asfixian la mirada del espectador. Al contrario, el cuadro destila serenidad y armonía, procedentes de la mujer que se mimetiza con la naturaleza. Prueba de esto es la paz que refleja su cara, la cual el pintor trató con suma delicadeza a través de tonos claros que le dan aspecto de rostro de porcelana.
 La obra tiene toda esa carga de naturalismo propugnada por los Prerrafaelistas, pero la realidad no estropea la magia de la pintura, que aparece ante el espectador como la más delicada poesía visual.
Como anécdota: a pesar del naturalismo de la composición, el lienzo no fue del agrado de Ruskin, el crítico que más había defendido el movimiento y en especial a Millais, al que consideró el sucesor natural de Turner. Quizás se vió afectado por asuntos personales con el pintor…
 

 

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