sábado, 19 de marzo de 2016

CENICIENTA, la ilusión de que la virtud triunfa siempre

 
   Erase una vez una hermosa niña que había quedado huérfana de madre y cuyo padre contrajo segundas nupcias con una viuda que aportó al matrimonio dos horrendas hijas que ya tenía. Todo discurría normalmente hasta que el padre de familia fallece y la angelical niña queda a cargo de su madastra y de los caprichos de las enervantes hermanastras. Cómo la abocan a realizar las tareas más ingratas, comienzan a llamarle Cenicienta…
  El resto del cuento es conocido por todos y su moraleja final, la acostumbrada en estos relatos: el bien siempre acaba triunfando.
   Ya en el Antiguo Egipto nos encontramos con un personaje semejante a Cenicienta y que responde al nombre de Rhodopis, según el griego Estrabón. A lo largo de los siglos y en diferentes lugares geográficos se van transmitiendo oralmente historias muy parecidas, que algunos escritores van recogiendo. De entre estas recreaciones literarias, la más conocida es la de Charles Perrault (1628-1703, París). Se publicó dentro de la colección “Cuentos de mamá Oca”. Se dice que Perrault encontró su inspiración en un cuento de Gianbattista Basile (que a su vez había recogido el relato de la tradición oral) llamado “La gatta cenerentola”, traducido “la gata cenicienta”.
 
   Uno de los creadores de la hermandad Prerrafaelita, JOHN EVERETT MILLAIS (1829-1826) retrata a la desdichada Cenicienta. Con su realismo suave retrata a la niña, que parece estar posando resignada ante su adversa suerte.
 
   La americana ELEONORE ABBOTT (1875-1935), aunque también pintó paisajes y fue diseñadora escénica, es más conocida por sus ilustraciones de libros. En la siguiente imagen, realizada en 1920, nos presenta el momento en que el Hada Madrina se aparece a la desconsolada Cenicienta. La ilustración es bonita, suave y simple; aunque quizás recuerde demasiado a una escena religiosa donde la Virgen se aparece a cualquier pastorcilla.
ROBERTO INNOCENTI (Bagno a Ripoli, 1940. Italia) es un ilustrador de formación autodidacta. Entre sus numerosos galardones destaca el Premio Hans Christian Andersen, conocido como el pequeño Premio Nobel de la narrativa infantil. Innocenti situó el texto de Perrault en el Londres de los años 20. Todos los elementos de las ilustraciones responden a un trabajo minuciosamente documentado de la época. Este estupendo trabajo fue realizado en 1980.



 

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