viernes, 10 de junio de 2016

PALACIO FARNESE (Roma). Renacimiento

Iniciado en 1514- terminado totalmente en 1589)
Promotor: cardenal Alejandro Farnese
Arquitecto: Antonio Da Sangallo el Joven y otros.

 Al inicio del s XVI comienza el periodo más famoso del arte italiano, el Cinquecento o Alto Renacimiento. Es una época donde florecen de manera inusitada grandes maestros que ya se convertirán en inmortales para la Historia del Arte gracias a sus excelsas obras: Da Vinci, Miguel Ángel, Rafael, etc
El artista ha conseguido alcanzar un prestigio profesional, ya no es considerado como un simple artesano. Y aunque sigue estando a expensas de los mecenas también puede, de vez en cuando, elegir sus encargos. Hasta cierto punto, ahora es libre.
Pero en la esfera arquitectónica los artistas siempre tuvieron que mantener un pulso con los que les pagan. Mientras que los maestros aspiraban a realizar grandes templos y arcos de triunfo, los clientes insistían en palacios consistoriales e iglesias. El arquitecto del Renacimiento aspiraba a la regularidad y simetría perfectas y esto era muy difícil de conseguir si tenía que ceñirse a las exigencias utilitarias de un edificio corriente.
De todas formas hay que distinguir dos periodos en el arte del siglo XVI, no estrictamente, ya que las características de ambos se mezclan o se alternan en el tiempo. Sería una división que puede servir más bien como guía: desde 1480 hasta el saqueo de Roma por parte de las tropas imperiales de Carlos V en 1527 se desarrolla el pleno Clasicismo renacentista; a partir de esta fecha, el Manierismo, que no deja de ser una interpretación más libre y hasta distorsionada de lo clásico. Los artistas de la época acabaron dejándose llevar tarde o temprano por esta corriente que asume para la arquitectura matices pictóricos y escultóricos.

 Para hablar del palacio romano del Cinquecento hay que tener en cuenta que parte del florentino del siglo XV, por tanto muchas de sus características son comunes a ambos: edificios exentos, de gran horizontalidad, tres plantas separadas por molduras, remate con una cornisa, austeridad exterior que no se corresponde con el interior y ante todo, preocupación por el empleo de la perspectiva y la simetría de manera estricta.
Sin embargo, hay una característica muy distinguible a simple vista que diferencia los palacios de las dos ciudades. Se trata del almohadillado en las paredes, que conseguía que las construcciones de Florencia recordaran su antigua condición de fortaleza; en cambio, el modelo romano solo almohadilla la parte que rodea la puerta de entrada y las esquinas del edificio. Evidentemente, el paso del tiempo influye en que esos detalles referentes al antiguo carácter defensivo se fueran atenuando hasta convertirse en detalles.

    La imagen a comentar es el PALACIO FARNESE, obra de Antonio da Sangallo el joven (1483-1544).
Sangallo era descendiente de una importante familia de arquitectos. De hecho se formó con sus tíos Antonio (apodado el viejo) y Giulano. Fue llamado a Roma por Bramante para participar en la construcción de San Pedro del Vaticano debido a sus grandes conocimientos técnicos: realiza las cimbras de la cúpula siguiendo el diseño del maestro. Luego seguirá trabajando en esta obra con Rafael, pero a la muerte de este queda, primero con Peruzzi y luego solo, encargado de la dirección de las obras de la basílica. La importancia que adquiere su figura le llevan, en 1536 a ser responsable de todas las obras arquitectónicas que se hacían para el papa.
Cuando todavía era cardenal, un miembro de la familia de los Farnesios, Alejandro (el que luego sería el papa Paolo III Farnesio), le encarga la construcción de un palacio. Sería uno de los más característicos de este periodo y la principal obra construida por Sangallo el joven. El arquitecto trabajó en él hasta su fallecimiento, tras el cual terminó la labor Miguel Ángel.
 El edificio esta concebido de una manera aún clásica, como demuestra su regularidad, simplicidad y el deseo del autor de crear un arquetipo universal de palacio romano. Además muestra la clara preocupación por una perfecta relación de las distintas partes con la totalidad y por la simetría No está contaminado por la visión libre de la corriente manierista.
 Su planta es rectangular y tiene tres pisos separados por magníficas molduras clásicas.
En el exterior recuerda todavía por sus grandes muros, con ventanas sobriamente dispuestas, la tradición de los palacios florentinos cuatrocentistas; pero aquí las ventanas no son ajimezadas sino rectangulares y se adornan con frontones alternados triangulares y circulares en el primer piso. El superior tiene ventanas más estrechas con frontones triangulares y se remata con una cornisa con las flores de lis del escudo de los Farnesio que ya fue dibujada por Miguel Ángel. También son idea suya la balconada sobre la entrada principal y los huecos de la fachada posterior (estos serían completados posteriormente por Giacomo della Porta).
    El edificio aparece exento y el almohadillado con bloques de piedra en la fachada se limita al arco de la puerta principal y a las esquinas. La imagen que proporciona es de un palacio totalmente compacto, grandioso pero sin hacer un alarde excesivo de la riqueza material de su promotor.
 El interior tiene una distribución más suntuosa: el patio cuadrado (muy característico del palacio romano) ocupa más de la mitad del solar. Las galerías que dan vuelta alrededor de él, sirven solo para la circulación, pero ocupan mucho espacio, por lo que solo queda una crujía de habitaciones alrededor de las fachadas. Esas galerías están cubiertas con bóvedas de medio cañón
El gran patio cuadrado superpone en las columnas los distintos órdenes clásicos que va colocando a medida que se gana en altura: dórico, jónico y corintio. Alberti había puesto de moda este ritmo constructivo en su afán de reflejar el arte romano antiguo. Es por tanto otra de las características del clasicismo renacentista. Quizás Sangallo se inspiró, para su patio, en el antiguo teatro Marcello. En cambio, en el segundo piso, que fue construido por Miguel Ángel, se utilizaron pilastras empotradas en lugar de columnas, puede que recordando la solución idéntica del Coliseo
    La obra es concluida en 1589 por Giacomo Della Porta.

   El palacio Farnese conjuga a la perfección el carácter cerrado hacia el exterior del palacio florentino y el carácter abierto del palacio romano.

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