Pintor, escultor y grabador. Es especialmente conocido por composiciones que incluyen figuras, retratos y naturalezas muertas.
Al principio de su carrera artística cultivó un estilo naturalista, pero después de 1910, la influencia de los simbolistas y particularmente de Gustav Klimt, le volvieron hacia un enfoque más visionario.
A partir de 1918, hace especial énfasis en la geometría y la claridad formal, de moda por aquél entonces como reacción del Arte ante la 1ª Guerra Mundial. Por eso sus obras de esta época pueden resultar demasiado frías y cerebrales. Los críticos lo acusaron de un exceso de academicismo acentuado por un halo neoclásico, pero la verdad es que las formas estáticas y carentes de pasión que gustaba pintar daban a su obra un cariz de modernidad que era totalmente acorde con los difíciles tiempos que asolaban Europa. De todas formas, Casorati siempre encontró inspiración en los maestros renacentistas, particularmente en Piero Della Francesca, como demuestra su retrato de Silvana Cenni. Esta obra muestra unos volúmenes muy cuidados que, paradójicamente, dan una sensación de irrealidad a esa escena protagonizada por una mujer sentada y ataviada con un vestido blanco.
A partir de 1930, Casorati irá suavizando e iluminando el tono de su paleta.
Al principio de su carrera artística cultivó un estilo naturalista, pero después de 1910, la influencia de los simbolistas y particularmente de Gustav Klimt, le volvieron hacia un enfoque más visionario.
A partir de 1918, hace especial énfasis en la geometría y la claridad formal, de moda por aquél entonces como reacción del Arte ante la 1ª Guerra Mundial. Por eso sus obras de esta época pueden resultar demasiado frías y cerebrales. Los críticos lo acusaron de un exceso de academicismo acentuado por un halo neoclásico, pero la verdad es que las formas estáticas y carentes de pasión que gustaba pintar daban a su obra un cariz de modernidad que era totalmente acorde con los difíciles tiempos que asolaban Europa. De todas formas, Casorati siempre encontró inspiración en los maestros renacentistas, particularmente en Piero Della Francesca, como demuestra su retrato de Silvana Cenni. Esta obra muestra unos volúmenes muy cuidados que, paradójicamente, dan una sensación de irrealidad a esa escena protagonizada por una mujer sentada y ataviada con un vestido blanco.
A partir de 1930, Casorati irá suavizando e iluminando el tono de su paleta.
Silvana Cenni (1922) Temple sobre lienzo
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