viernes, 24 de junio de 2016

APOLO Y DAFNE (1622-1625). BERNINI. Barroco


Apolo, dios de las artes, la luz y la belleza tuvo amores con diversas diosas, mujeres y ninfas. Una de estas últimas fue Dafne, cuyo nombre griego significa laurel. Precisamente en este árbol la convirtió la Madre Tierra cuando la ninfa desesperadamente le rogó ayuda para librarse de su acosador, que la perseguía solicitando favores amorosos. El momento de la transformación aconteció cuando Apolo le dio alcance.

 No son muchas las obras de la Antigüedad que recuerdan el mito de Apolo y Dafne. A lo largo de la Historia del Arte, la representación plástica de este relato ha ido creciendo paulatinamente.
Nos encontramos la persecución representada en pinturas pompeyanas e incluso figuras representativas de la ninfa medio transformada en laurel desde la época de Augusto. Pero la resurrección fulminante del mito vendría con el Gótico, apareciendo ahora Dafne convertida por completo en árbol.
Las representaciones del mito han llegado prácticamente hasta hoy. Sírvase como ejemplo la obra surrealista: “Dafne: la mujer árbol” de Salvador Dalí o la mucho más reciente representación idealizada de la “ninfa de los árboles” de María Carrera.

 El autor de la escultura en mármol que nos ocupa es Gian Lorenzo Bernini, uno de los artistas más destacados del Barroco. Nos presenta esta obra maestra  con rasgos característicos del arte barroco: movimiento, expresividad y exageración un poco teatral de los gestos de los personajes.



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