miércoles, 1 de junio de 2016

JUANA DE ARCO, la doncella de Orleans


   Juana nació en Domrémy, un pequeño pueblo ubicado en la región de Lorena (Francia)
en 1412. Hija de campesinos acomodados, desde el inicio de su adolescencia mostró tendencia al misticismo religioso en forma de visiones donde aseguraba que se le aparecía el Arcángel San Miguel y oía las voces de Santa Catalina de Alejandría y Santa Margarita. Sin embargo, estos personajes no la invitaban solo a la piedad y la devoción, sino también a la acción. La misión que supuestamente le pedían era desmesurada para una adolescente campesina prácticamente analfabeta: unirse al ejército del Rey de Francia y recuperar los territorios perdidos en la Guerra de los 100 años contra los ingleses. Así que, ataviada con ropa masculina, Juana se dirige a la corte del príncipe Carlos y convence al delfín para que reconquiste la tierra perdida. Este, después de ordenar a varios teólogos que “estudiaran” a la muchacha, le permite ponerse al frente de un ejército de miles de soldados. De esta manera, aquella campesina, pertrechada con una armadura y un estandarte, obliga a los ingleses a levantar el sitio de Orleans. El delfín consigue coronarse como Carlos VII, rey de Francia el 30 de mayo de 1429.
   Desgraciadamente, la hazaña de Juana no recibió su justa recompensa. Un año después, tras el fracaso de su defensa contra un ataque a París, en el asedio de Compiègne es capturada por los borgoñones y entregada a los ingleses. Se la acusa de herejía y hechicería, y se la condena a morir en la hoguera. No se retractó de su afirmación de oír voces de origen divino, por lo que la sentencia se ejecuta el 30 de mayo de 1431 en la plaza del mercado de Rouen. Fue canonizada en 1920 y proclamada patrona de Francia.

 JUANA DE ARCO ESCUCHANDO LAS VOCES (1879)- JULES BASTIEN- LEPAGE
Óleo sobre lienzo,100x100 cm, Museo Metropolitano de Nueva York.
En el grueso de la obra de este artista predomina la temática rural, el reflejo de una vida campesina que puede resultarnos excesivamente idílica (otras de sus pinturas presentan unas escenas más crudas); aunque no se puede obviar el dominio técnico y el perfecto dibujo del que hace gala Bastien- Lepage. Influenciado por el realismo de Millet y de Coubert, adapta esta tendencia a las innovaciones impresionistas. En este cuadro, esa temática campestre se funde con la historia de Juana de Arco, plasmando el momento de las revelaciones divinas. La protagonista absoluta es una aturdida joven que aparece en primer plano, dejando atrás, tirado en el suelo, el taburete de madera en el que estaba sentada y del que se levantó bruscamente. Los seres sobrenaturales aparecen en el fondo, casi camuflados entre la abundante vegetación de brillantes colores verdes y el ocre claro de la humilde casa.

JUANA DE ARCO EN DOMRÉMY (1870-1872)- HENRI CHAPU
Estatua de mármol sobre zócalo. Museo de Orsay
Henri Chapu también eligió representar a la humilde y visionaria campesina de Lorena, en vez de a la guerrera que capitanearía, tiempo más tarde, todo un ejército. Como buen escultor clásico, la muestra sentada sobre su propio regazo, serena, con las manos entrelazadas en posición de orar, pero sin ningún histrionismo. Esta imagen es una de las más famosas de Juana de Arco en Francia. Ha sido copiada en distintos materiales y difundida multitud de veces.


IGLESIA DE SANTA JUANA DE ARCO (1979) . Rouen, Francia
El arquitecto LOUIS ARRETCHE diseña esta iglesia para el lugar del martirio y muerte de Juana. Recrea las antiguas iglesias normandas, dando al edificio forma de barco al revés. Personalmente, el exterior me resulta un poco frío, la calidez se encuentra en las espectaculares vidrieras del interior que dan luz y color al templo.






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