martes, 31 de mayo de 2016

VIDRIERAS GÓTICAS (siglo XII al XV)


         Después de la austeridad del Románico, que invitaba al recogimiento y la introspección, llega con el Gótico un nuevo concepto de canalizar la espiritualidad en los templos. Surge en el norte de Francia a partir del siglo XII y perdura hasta el siglo XV. Se trata de un arte eminentemente arquitectónico y urbano cuyo principal emblema es la catedral, que cada vez es más y más alta.
 La sensación cuando se entra en una catedral gótica es toda una experiencia. La luz lo inunda todo. Se pretendía con ello entonar  un canto a Dios a través de formas luminosas que servían al hombre para acercarse al reino de los cielos. Atrás iban quedando aquellos capiteles narrativos realizados expresamente como “libros” para un pueblo mayormente analfabeto.
 Arquitectura aparte, las vidrieras son parte fundamental para crear la atmósfera etérea deseada. Sustituyeron a la pintura mural románica en la función educativa y fueron decisivas para que la luz en los interiores fuera la idónea para adaptarse a la concepción religiosa de la época.
Se realizan engarzando piezas de vidrio, incoloras o de colores, mediante una red de plomo o emplomado. No se trataba de una técnica nueva, pero se encuentran muy escasos ejemplares anteriores a la época gótica. Los maestros vidrieros alcanzaron una gran importancia, ya que se trataba de un trabajo muy minucioso, sobre todo si se operaba con vidrios esmaltados de colores que aumentaban considerablemente la complejidad de la labor
Durante este periodo se optó principalmente por las vidrieras de colores en las que se representan desde motivos geométricos hasta escenas figurativas.
Maravillosos ejemplos son la Sainte Chapelle de París (siglo XIII) con sus paredes recubiertas de un raudal de colores; el rosetón de Notre-Dame de París, con sus 84 medallones dispuestos en círculos concéntricos que representan escenas del Nuevo Testamento y tienen como centro a un Cristo apocalíptico acompañado por el Tetramorfos (restauradas por Violec-le-Duc en el siglo XIX); Simón el Mago de la catedral de León (tema profano, aunque no tanto si se revisa la curiosa historia del personaje). Mención especial a estas vidrieras de la Pulchra leonina, que conserva la mayoría de las originales, hecho extraño en catedrales de esa época (siglos XIII al XV).


                                       Simón el Mago (Catedral de León)


                                Rosetón de Nôtre-Dame (París)

                               Sainte Chapelle (París)

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