La torre de Hércules es el faro más antiguo que hoy podemos ver en el globo terráqueo y el único que se conserva en servicio cumpliendo la función para la que fue creado: ser una referencia marítima para las embarcaciones que atraviesan el corredor atlántico. Está situado en la costa norte de la península coruñesa, alzando sus 55 metros de alto en un cerro de 50 metros de altitud.
Fue construido a finales del siglo I o principios del siglo II. A pesar de que los estudios arqueológicos no han conseguido establecer una fecha exacta, sí han llegado a un consenso respecto a que fue erigido en el periodo que comprende los mandatos de los emperadores Claudio y Domiciano. Constancia documental de su funcionamiento no se encuentra hasta el siglo III, tal y como refleja el historiador Dion Casio en sus escritos, donde expone que en tiempos de Trajano (siglo II) el faro presentaba una total actividad.
Aunque genera gran controversia entre los expertos, parece bastante lógico pensar que el arquitecto de la obra fue Cayo Sevio Lupo, natural de la actual Coimbra (Portugal). El motivo de esta afirmación es el hallazgo de una gran losa grabada en latín y que hoy podemos contemplar en un cubículo desde el exterior de la torre. Reza así:
MARTI
AUGUSTO SACRUM
CAIUS SEVIUS
LUPUS
ARCHITECTUS
AEMINIENSIS
LUSITANUS EX VOTO
O lo que es lo mismo: “Consagrado a Caio Sevio Lupo, arquitecto de Aeminium (Coimbra) Lusitano en cumplimiento de una promesa”
Aunque genera gran controversia entre los expertos, parece bastante lógico pensar que el arquitecto de la obra fue Cayo Sevio Lupo, natural de la actual Coimbra (Portugal). El motivo de esta afirmación es el hallazgo de una gran losa grabada en latín y que hoy podemos contemplar en un cubículo desde el exterior de la torre. Reza así:
MARTI
AUGUSTO SACRUM
CAIUS SEVIUS
LUPUS
ARCHITECTUS
AEMINIENSIS
LUSITANUS EX VOTO
O lo que es lo mismo: “Consagrado a Caio Sevio Lupo, arquitecto de Aeminium (Coimbra) Lusitano en cumplimiento de una promesa”
De la primigenia construcción romana queda el núcleo interior del faro y se ha perdido el acceso exterior. En el último cuarto del siglo XVIII, el arquitecto militar Eustaquio Giannini realiza una reforma para dotar al faro de una nueva linterna, a la que años más tarde se le añade el fanal (farol grande que se coloca en las torres de los puertos para que su luz sirva de señal nocturna). Este es el motivo por el cual el monumento tiene una impronta neoclásica, quedando los restos romanos camuflados bajo este forro.
Hay hermosas historias sobre este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad en 2009. Estas son dos de ellas que aluden a su construcción.
La primera, por la cual la torre recibe su nombre, cuenta que en tiempos remotos habitaba en aquellas tierras el gigante Gerión, rey de Brigantium (A Coruña). Su crueldad tenía aterrorizada a la población, incapaz de pagar los altos tributos que su monarca les exigía so pena del más terrible final si no abonaban lo que les pedía. La situación era insostenible hasta que llegó Hércules, hijo del dios Zeus y la mortal Alcmena. Tras una dura lucha con Gerión, el héroe sesga la cabeza del gigante y manda construir una torre conmemorativa de su victoria. Supone una variante de uno de los doce trabajos de Heraclés recogidos en la mitología griega y que consistía en robar el ganado de Gerión.
La primera, por la cual la torre recibe su nombre, cuenta que en tiempos remotos habitaba en aquellas tierras el gigante Gerión, rey de Brigantium (A Coruña). Su crueldad tenía aterrorizada a la población, incapaz de pagar los altos tributos que su monarca les exigía so pena del más terrible final si no abonaban lo que les pedía. La situación era insostenible hasta que llegó Hércules, hijo del dios Zeus y la mortal Alcmena. Tras una dura lucha con Gerión, el héroe sesga la cabeza del gigante y manda construir una torre conmemorativa de su victoria. Supone una variante de uno de los doce trabajos de Heraclés recogidos en la mitología griega y que consistía en robar el ganado de Gerión.
Museo del Louvre
La segunda historia fue impulsada por los Colegios Irlandeses asentados en España durante el siglo XVII. Fue quedando en el olvido hasta que en el siglo XIX la recuperó un movimiento celtista:
Monjes irlandeses en el siglo XII escribieron “El libro de las invasiones” donde figura la leyenda que cuenta como el rey Breogán funda la ciudad de Brigantia, con una gran torre al lado. Una noche, su hijo Tih sube a lo alto y divisa las costas de Irlanda. No tarda en echarse a la mar para conquistar aquella ignota tierra. Sin embargo, su periplo tiene un final trágico ya que, una vez alcanzada la costa irlandesa, es asesinado y devuelto a Brigantia. Tendrá que ser su hermano Mil el que vuelva a emprender la tarea inacabada. Acompañado de un gran ejército consigue someter a los pobladores y rematar la conquista deseada por Tih.
Monjes irlandeses en el siglo XII escribieron “El libro de las invasiones” donde figura la leyenda que cuenta como el rey Breogán funda la ciudad de Brigantia, con una gran torre al lado. Una noche, su hijo Tih sube a lo alto y divisa las costas de Irlanda. No tarda en echarse a la mar para conquistar aquella ignota tierra. Sin embargo, su periplo tiene un final trágico ya que, una vez alcanzada la costa irlandesa, es asesinado y devuelto a Brigantia. Tendrá que ser su hermano Mil el que vuelva a emprender la tarea inacabada. Acompañado de un gran ejército consigue someter a los pobladores y rematar la conquista deseada por Tih.
A Coruña es una preciosa ciudad que merece la pena visitar. Uno de sus imprescindibles es este antiguo faro de sobria arquitectura, pero que causa impresión a todo el que se acerca a verlo, pues el entorno en el que está enclavado es totalmente idílico y diría que hasta mágico.
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