martes, 27 de septiembre de 2016

TAMARA DE LEMPICKA. ¿Varsovia (Polonia) 1898?- Cuernavaca (México) 1980

 Tamara de Lempicka es una de esas figuras que representan a la perfección la percepción que tenemos de lo que fueron los locos años 20. Elegante, anticomunista, depresiva, desinhibida, juerguista…todos los adjetivos que se le pudieran poner a una prototípica dama moderna recalada en Estados Unidos desde la añeja Europa del Este. Sus excesos sexuales y abusos de sustancias de todo tipo fueron innegables, ya que hacia alarde de ellos; sin embargo, su vida sofisticada era producto de una fabulación a la que se entregó hasta la vejez. Recreó, cara a la galería, a un personaje elitista, que se refleja en los personajes retratados en sus obras: figuras elegantes, distantes, nunca simples gentes del pueblo llano.
   Se especializó en retratos femeninos y desnudos de ambos sexos, siguiendo la pintura Art Decó, de moda entonces: mujeres etéreas, con ropajes vaporosos y volúmenes alargados, pero con un toque escultural y marcado en las líneas, como si un halo cubista pasara sobre los pinceles de la artista. Gran admiradora de los maestros renacentistas y manieriestas, intenta fusionar estos estilos con el suyo propio a través de temas actuales y personajes con vestimentas y peinados de su época, consiguiendo de esta manera, crear imágenes muy modernas.
   Su obra entraría enseguida en decadencia por considerarse una pintura meramente decorativa. Este es el lastre del Art Decó, la muerte por un exceso de moda y repetición. Muchos no perdonan “el arte por el arte”.
                     Joven con guantes (1930)

                    Polish girl (1933)

                              Portrait of Mrs M (1932) 

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