sábado, 17 de septiembre de 2016

LUXURIA. Nada nuevo bajo el sol

 Hasta su caída, la Antigua Roma pasó por momentos de caos y esplendor intermitentemente; pero el periodo de auténtica pujanza aparece vinculado al sistema republicano, que comienza en el 510 aC. Era una sociedad austera, con ciudadanos capaces de administrar y defender Roma a base de valores fundamentales que les eran inculcados desde la niñez. Pero en los albores del s II aC, ya no se trataba solo de una ciudad, sino de un territorio tan expandido en multitud de provincias que provoca la riqueza de una parte de la sociedad romana gracias a la explotación de los recursos de esas tierras conquistadas. Comienza una invasión de modas y costumbres griegas que relajan la tradicional austeridad de las familias romanas. Se lleva a la exageración la admiración hacia la cultura griega y se empieza a alardear de poseerla en forma de bienes materiales.
El afán con que los ricos gastaban ostentosamente su dinero para demostrar a los demás que estaban en lo “más alto” se define como luxuria. En la misma medida que era criticada resultaba ser la seña de identidad de aquella sociedad, donde la rígida moral dio paso al exhibicionismo.
   Un ejemplo de luxuria fueron las villae, originariamente haciendas agrícolas, pero que en poco tiempo pasan a ser opulentas residencias donde las gentes adineradas buscan descanso y comodidad. Estos nuevos ricos gustan de costosísimas obras de arte, lujoso mobiliario, espléndidos mosaicos y sofisticados frescos, casi siempre con inspiración en la mitología griega. La luxuria lo impregna todo, desde la comida, hasta la sexualidad pasando por el derroche con que las acaudaladas damas romanas adquieren carísimas joyas. El único fin es deslumbrar. ¿No padecemos también en la sociedad actual de luxuria?
Los siguientes ejemplos pertenecen a la época del Bajo Imperio

MOSAICO DE LA VILLA DE LA OLMEDA (Palencia). Siglo IV dC. En el centro el episodio de Ulises en Skyros, orlado por una cenefa con los retratos de, posiblemente, los dueños de la mansión. Bajo este motivo, una cacería de gran realismo



FRESCO (Museo Nacional Romano). Primera mitad del siglo II dC. Procedente de villae situadas en los alrededores Roma. Embarcación con marineros desnudos y decorada como los barcos de gala que recorrían el Tiber en días de fiesta




  VILLA DEL CASALE (Sicilia). Lujosa residencia con 50 estancias decoradas con mosaicos inspirados en la mitología griega. Opulencia romana de los siglos III y IV dC




VILLA DE VERANES (Gijón, Asturias). Siglo IV dC. Vista panorámica donde se aprecia el tamaño alcanzado por esta gran mansión señorial que estuvo en uso hasta el siglo V. Visita muy recomendable, donde se puede apreciar un magnífico y gran mosaico en una de las salas e interesantes piezas albergadas en un pequeño museo anexo.








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