La obra de Hu Jun Di desprende toda la delicadeza y poesía que caracterizan la tradicional pintura china. No hay estridencias, la pincelada es fina, la luz suave y los colores muy armónicos. Capta momentos precisos, rasgo típico del arte milenario de este país. En este sentido podemos ver ciertas similitudes con los impresionistas; pero mientras que para estos lo importante era reflejar el momento fugaz que deja una impronta difusa en la retina, Hu Jun Di da una vuelta de tuerca plasmando el instante nítido utilizando óleo, más propio de la pintura occidental . Esta fusión dota a su obra de una dificultad añadida que el artista resuelve con una gran maestría.
La mayoría de sus personajes son femeninos, de una belleza pura. Esas figuras etéreas salen de su mente, ya que el pintor no utiliza modelos.
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