miércoles, 6 de julio de 2016

MICHAEL TAYLOR. 1952. Worthing, Sussex. Reino Unido

   Pintor figurativo con una técnica casi hiperrealista. Intenta reflejar no solo lo que se puede apreciar a simple vista, sino también la interioridad de personajes y escenarios, que plasma de una forma un tanto ambigua para que el espectador saque sus propias conclusiones. Para Michael Taylor, el punto de inicio de sus pinturas no tiene porque estar basado en algo físico y tangible; una simple expresión, un objeto interesante o la calidad de la luz pueden dar lugar a una composición con contenido narrativo. El uso que hace del color y la luz es magnífico. Me gustan especialmente los distintos tonos de azul que emplea para remarcar detalles en muchas de sus obras. Aún siendo intensos y llevando la vista del espectador hacia ellos, no le restan protagonismo a la figura principal de la escena; al contrario, la dotan de más fuerza. La captación de la esencia de los personajes es tan honda, que ni siquiera las lámparas y barras de luz artificial y blanca que a veces iluminan las deformes estancias consiguen quitarles un ápice de calidez humana.





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