viernes, 29 de julio de 2016

CRIPTA DE LOS CAPUCCINOS EN LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DELLA CONZECIONE (1626-1631) Roma

 El interior de la iglesia es sobrio y de dimensiones pequeñas, aunque posee algunos frescos interesantes. Sin embargo, lo que suele llevar al visitante a este enclave es la cripta que alberga  dentro.
Cuando finalizó la construcción del templo en 1631, Fray Antonio Marcello Barberini ordenó el traslado de los restos mortales de los hermanos capuchinos desde el cementerio principal hasta la cripta, encargando que fueran dispuestos de forma artística.
La cripta está dividida en seis pequeñas capillas, donde se disponen, formando motivos decorativos, los huesos de más de 4000 hermanos capuchinos fallecidos entre 1528 y 1870. También hay colocados varios esqueletos de frailes con su correspondiente túnica. En la última capilla, los esqueletos de 3 niños, que se cree que eran sobrinos del papa Urbano VIII.
La finalidad de esta macabra decoración era mostrar lo efímero de la vida y el cuerpo como simple receptáculo del alma.
   Sin embargo para el visitante de hoy en día (como me sucedió a mí) le puede resultar molesto que le obliguen a taparse con un pañuelo hombros y piernas si se lleva una ropa que no los cubra. Si no llevas un pañuelo, allí te venden uno (cuando fui yo, las piernas de los hombre que llevaban pantalón corto parecían no molestar, porque entraron como si nada). Y así, bien tapadita, te encuentras con aquella exhibición de restos mortales. No sé, me resultó paradójica la cosa.
Lo que no hay duda es que la visita es sorprendente, se haga por religiosidad, morbo o interés artístico.




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