viernes, 29 de abril de 2016

EL MITO DE PANDORA


   Desde el principio de los tiempos la mujer ha sido chivo expiatorio y culpable de cuanto maldad acaecía en el mundo. El ejemplo más universalmente conocido es el de Eva. Las mujeres solían ser la parte más conservadora de las casas, ya que estaban dedicadas a perpetuar la especie y cuidar de la progenie; mientras  que el varón era el que salía, luchaba en guerras, era dueño y señor de todo…pero paradógicamente, en cuanto a catastróficos e irremediables males que afectaban a toda la humanidad, ahí estaba una fémina para hacerse cargo de las culpas.
   El mito griego de Pandora ilustra perfectamente la leyenda negra de la “femme fatale”.
   “Cuando Prometeo osó robar el fuego que portaba el Dios Sol en su carro, Zeus entró en estado de cólera y ordenó a los distintos dioses crear una mujer capaz de seducir a cualquier hombre. Hefesto la fabricó en arcilla y le proporcionó formas sugerentes, Atenea la vistió elegante y Hermes le concedió la capacidad para seducir y manipular. Entonces Zeus la dotó de vida y la envío a casa de Prometeo.
Allí vivía el benefactor de los mortales junto a su hermano Epimeteo que, a pesar de estar advertido de que Zeus podía usar cualquier estrategia para vengarse, aceptó la llegada de Pandora y, enamorándose perdidamente de sus encantos, la tomó por esposa.
Pero Pandora traía algo consigo: una caja que contenía todos los males capaces de contaminar el mundo, pero también todos los bienes. Víctima de su curiosidad, abrió un aciago día la caja y todos los males se escaparon por el mundo, asaltando a su antojo a los desdichados mortales. Cuentan que los Bienes subieron al Olimpo y se quedaron allí con los dioses . Asustada, la muchacha cerró la caja de golpe, quedando dentro la Esperanza, tan necesaria para superar los males que acosan a los humanos”
( www.sobreleyendas.com )
   La culpabilidad de Pandora podría ser cuestionada simplemente mirando el mito desde otro prisma. Si Prometeo, seguro de que Zeus le iba a enviar un castigo, advirtió a su hermano Epimeteo de que no aceptara ningún regalo del dios de dioses y Epimeteo hizo caso omiso a la advertencia, dejándose llevar por sus instintos al caer rendido ante los encantos de Pandora, la conclusión podría ser que Epimeteo es el culpable de las desgracias humanas.
                          Pandora- Jhon William Waterhouse (1896)

                             Pandora- Harry Bates (1891)

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