Los cronistas clásicos relatan hechos premonitorios extraños antes de aquel fatídico 15 de marzo del 44 ac; pero el más conocido, sin duda, es el protagonizado por el augur Espurina que, después de realizar un sacrificio, le suelta a Julio César, tirano de Roma.“ Cuidate de los Idus de Marzo”. Cierta o no la anécdota, la Historia nos muestra que el César no prestó oídos a la advertencia. Suetonio cuenta como justo antes de entrar en el Senado, Julio se dirige a Espurina en un tono que atisbamos socarrón :“Ved como los Idus de marzo llegaron sin accidente”, a lo que el agorero contesta: “Todavía no han pasado”.
Efectivamente, una vez dentro dentro del edificio, un numeroso grupo de senadores le asestan veintitrés puñaladas (según refiere Suetonio) y acaban con la vida de uno de los más grandes líderes de la Antigua Roma.
En el 2012, científicos del CSIC dicen haber encontrado el punto exacto donde tuvo lugar el magnicidio: una estructura de hormigón ordenada colocar por Augusto justo en el Centro de la Curia de Pompeyo para condenar el asesinato de su padre adoptivo. Se sabía por los textos clásicos que el lugar de la tragedia había tenido lugar en la citada Curia y que había sido clausurado con 4 muros que delimitan un relleno de hormigón. Hoy en día, centenares de gatos habitan en aquel enclave que pasa desapercibido a los turistas. La Curia de Pompeyo, para ser más exactos, se encuentra más hacia la derecha del lugar que refleja la siguiente imagen.
Efectivamente, una vez dentro dentro del edificio, un numeroso grupo de senadores le asestan veintitrés puñaladas (según refiere Suetonio) y acaban con la vida de uno de los más grandes líderes de la Antigua Roma.
En el 2012, científicos del CSIC dicen haber encontrado el punto exacto donde tuvo lugar el magnicidio: una estructura de hormigón ordenada colocar por Augusto justo en el Centro de la Curia de Pompeyo para condenar el asesinato de su padre adoptivo. Se sabía por los textos clásicos que el lugar de la tragedia había tenido lugar en la citada Curia y que había sido clausurado con 4 muros que delimitan un relleno de hormigón. Hoy en día, centenares de gatos habitan en aquel enclave que pasa desapercibido a los turistas. La Curia de Pompeyo, para ser más exactos, se encuentra más hacia la derecha del lugar que refleja la siguiente imagen.
LA MUERTE DE CÉSAR (1897) – JEAN LEÓN GERÔME. Art Museum, Baltimore
Esta pintura es un ejemplo del gusto del pintor y escultor academicista francés por centrarse en el momento inmediatamente posterior a la acción narrada. Los asesinos ya se van, la mayoría con las espadas en alto, exultantes por la muerte del dictador. César queda atrás, inerte, con el brazo extendido para escenificar mejor su muerte. Solo un anciano senador queda sentado, alejado de la marabunta jubilosa. Quizás el supiera la guerra civil que se venía encima entre los partidarios del fallecido y los de la República.El óleo de Gerôme no tuvo una especial aceptación en el público, no obstante es una obra excelente. El dibujo esta realizado de manera muy minuciosa, el juego de luces le da una intensidad muy dramática y teatral a la escena y la grandiosa recreación de la arquitectura del edificio nos hace entender la importancia del lugar donde se tomaban decisiones que cambiaron el sentido de la Historia.
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