viernes, 1 de abril de 2016

CATACUMBAS. Roma. Arte paleocristianol. Siglo II-III dc

 
   Los cristianos no aceptaban la cremación de los cadáveres, por lo que practicaban la inhumación. Teniendo en cuenta que no querían ser enterrados cerca de los sepulcros paganos, en un principio utilizaron los jardines de las viviendas privadas de algunos fieles. Pero la comunidad cristiana creció de tal manera que a finales del s II y comienzos del s III no tuvieron otro remedio que adquirir terrenos en los arrabales de Roma, siendo este el origen de las catacumbas, que dejaron de utilizarse a finales del s V y comienzos del s VI. Las reliquias de los mártires son trasladadas a las iglesias de las ciudades para evitar su profanación y las catacumbas caen en el olvido hasta que son "descubiertas" en el s XVI.
    Las imágenes más antiguas del arte paleocristiano se encuentran en ellas. Son pinturas al fresco con un carácter marcadamente funerario en el que se manifiesta la esperanza de la vida eterna a la vez que se envía un mensaje doctrinal y educativo. Entre los motivos más simbólicos más frecuentes figurán el Crismon o monograma de Cristo, la vid representado su sangre o el pez que alude a su nombre.
    En cuanto a su aspecto, en las catacumbas se excavaron un conjunto de estrechas y altas galerías (ambulacra) en cuyas paredes se abren cavidades longitudinales (loculi) en donde se despositaban los cadáveres, tapiando el espacio con mármol o ladrillo. Donde se cruzaban las galerías (cubicula) solía presentarse un nicho semicircular (arcosolium) bajo el que descansaba el cuerpo de algún mártir.
 
 
                                Catacumba de San Calixto

                               Arcosolium de las catacumbas de San Sebastián

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